La vocación es la inclinación a
cualquier estado, carrera o profesión. El término proviene del latín vocatĭo
que significa llamado, para los religiosos, es la inspiración con que Dios
llama a algún estado. Por eso el concepto también se utiliza como sinónimo de
llamamiento o convocación.
En otras palabras la vocación es el
destino que Dios elige para cada persona. En los laicos, la vocación está
vinculada a cumplir con la voluntad de Dios en la vida cotidiana, mientras que,
para los religiosos, la vocación es servir a la Iglesia.
A nivel general, la vocación aparece
relacionada con los anhelos y con aquello que resulta inspirador para cada
sujeto. Se supone que la vocación concuerda con los gustos, los intereses y las
aptitudes de la persona.
Ser PARAMÉDICO, implica para muchos una vocación, un compromiso
serio y responsable con la sociedad, compromiso reflejado en la institución a la que se presta el servicio
y en las personas que buscan solucionar todo tipo de emergencia.
Hoy
celebramos el día del Paramédico, una profesión o vocación debería decir que aparte de todas las leyes y
reglamentos existentes, se rige por uno de los códigos más importante y esencial,
el código de la PRESERVACIÓN DE LA VIDA.
Un código que lleva implícito muchas
de las veces el arriesgar la vida propia buscando cumplir cabalmente con la
labor encomendada, pero sobre todo, el compromiso que se adquiere con el
semejante, sin importar credo, posición o cualquier otro tipo de rasgo o
particularidad.
El paramédico es más que el primer
auxilio que recibe la persona que ha caído en la desgracia de sufrir algún tipo
de accidente aún sin fuera necesario
poner en riesgo su vida.
No hay horarios ni días específicos,
en cualquier momento se puede presentar una eventualidad, desde la más simple
que se reporta al término del turno, hasta la más complicada y exhaustiva.
El desgaste y el cansancio nunca serán motivos
para que la entrega y profesionalismo dejen de lado la misión, aun cuando a veces
sea día franco, libre o feriado, día de compartir con la familia o simplemente un
día de merecido descaso.
Salvamos familias enteras a costa de
sacrificar las nuestras, salvamos seres humanos a costa de sacrificar nuestras propias
necesidades humanas, no hay hambre ni sueño. Todo se vuelve secundario al escuchar la alarma. Todo
se vuelve incertidumbre, la única
certeza clara es servir aun sin saber si
quienes te esperan te volverán a ver sano y salvo.
Ser paramédico es y será una labor que
aunque muy poca entendida y reconocida será
la más gratificante para quienes la miramos como una vocación llena de amor, cariño y entrega.
Felicidades en su día a todos los
paramédicos del mundo y en especial a los paramédicos de mi querido ECUADOR!!
RECUERDA: “Ser más para Servir
mejor” San Ignacio de
Loyola.
Gracias por la labor que realizan
compañeros, este es el verdadero aporte que necesita la sociedad, bendiciones y éxitos en sus funciones.
Atentamente.-
TEM. Mauricio Yánez Tatés.
Logistic Support – SEPP - APH
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